Experiencia Astrid

BUFETE JURÍDICO GRATUITO SOCIAL, A. C.

UNA EXPERIENCIA DE VIDA

El 4 de agosto de 2003, mi vida cambió por completo… fue mi primer día de clases en la Facultad de Derecho de la Universidad Panamericana y fue también mi primer día laboral en el Bufete Jurídico Gratuito Social A. C… Son casi indescriptibles todas las experiencias que he vivido en este lugar.

El Bufete Jurídico Gratuito Social cumple, este 2007, quince años de prestar servicios jurídicos gratuitos a personas de escasos recursos. Estos servicios comprenden desde la consulta y asesoría al cliente, hasta la promoción de los juicios correspondientes en las instancias necesarias.

Los asuntos que atendemos versan sobre materia civil, familiar, mercantil y penal; día a día la demanda de nuestros clientes aumenta; y aún cuando a toda persona que nos visita, se le proporciona asesoría jurídica gratuita; no todos los clientes que acuden a nuestras instalaciones pueden ser admitidos, únicamente aquéllos que, después de un breve proceso de selección, reúnan cuatro aspectos: la competencia, es decir que se trate de litigios cuya competencia sea de juzgadores del Distrito Federal y en las materias mencionadas; el segundo aspecto se enfoca a una viabilidad procesal, es decir, que el caso reúna elementos jurídico procesales que permitan iniciar un litigio; el tercer aspecto es el económico, con el cual se busca prestar nuestros servicios únicamente a personas de escasos recursos y que por tal motivo, no puedan pagar un abogado particular; y el cuarto requisito, se refiere a lo que hemos llamado fondo moral, el cual se refiere a que en la causa de cada asunto se vean reflejados los principios éticos con los que, como abogados, estamos comprometidos. Con todo esto, buscamos brindar nuestros servicios a quien realmente los necesita.

Desde el 2005, en el Bufete se implementó un Programa sobre Violencia Intrafamiliar, el cual nos ha permitido atender exitosamente alrededor de 130 casos, proporcionando además de los correspondientes trámites judiciales, asesoría psicológica igualmente gratuita, necesaria para lograr un servicio completo que responda a las necesidades de clientes que han sido víctimas.

He dicho bien… trabajar como pasante en el Bufete Jurídico es una experiencia de vida. Comencé a los 18 años realizando mi servicio social, con miles de interrogantes sobre cómo sería la vida real de un abogado, preguntándome que había detrás de un “litigante” y si realmente un juicio era como lo imaginaba

Al paso del tiempo, mis dudas se fueron aclarando. Comprendí que la vida real de un abogado es tal vez como la de cualquier profesionista, con la diferencia de que día a día el abogado busca exaltar una de las virtudes más preciadas: la de la justicia; que detrás de un litigante hay un fuerte compromiso con la causa que representa y que los juicios que imaginaba distan un poco de la realidad, porque un juicio rebasa por mucho cuatro paredes de un juzgado y un pleito entre dos partes contendientes; un juicio es una mezcla cuyos ingredientes son, en diferentes proporciones: técnica, conocimientos, habilidades, estudio profundo… y por qué no? también de un poco de suerte y un sin fin de emociones. Estas dudas y muchas más fueron clarificándose gracias a que en el despacho, me encontré con compañeros realmente comprometidos, encontré también grandes amigos e indudablemente excelentes abogados

Mi formación en el campo jurídico, podría calificarse como integral, y es que en los casi cuatro años que he formado parte de esta institución, dentro de mi labor como pasante se encuentra desde el trato directo con cada uno de los clientes que me son asignados, hasta el litigio directo ante las instancias correspondientes.

Es decir, como futura abogado he aprendido a realizar demandas, apelaciones y amparos en las diversas vías e instancias judiciales, pero mi labor ha ido más allá… He aprendido a convivir directamente con cada uno de mis clientes, comprendiendo la situación por la que pasan; he aprendido a ver cada asunto desde la real perspectiva de cada cliente. Sin temor a equivocarme, puedo afirmar que toda la gente que labora en este gran despacho, ha desarrollado en todos sus aspectos un verdadero espíritu de servicio.

Parecería que después de atender una gran cantidad de casos, esta actividad podría convertirse en rutina y ser simplemente parte de “tu trabajo”. Sin embargo, con las vivencias diarias y experiencias directas con los clientes, caes en la cuenta de que “tu trabajo” puede ser la última y la única esperanza de tu cliente. Por esta razón en la labor diaria dentro del Bufete Jurídico Gratuito Social, tomas conciencia de que la totalidad de tus conocimientos, habilidades y empeño debe estar enfocado a la realización de las necesidades de aquella persona que ha solicitado la ayuda del Bufete.

El tiempo ha pasado rápido, actualmente curso el octavo semestre y el Bufete me ha proporcionado una Beca, con la cual me ha sido posible continuar mi formación académica en la Universidad Panamericana.

Pero como olvidar a aquél abogado que se presentó en una de tantas audiencias como mi contraparte, que comenzó mofándose de mi corta edad para litigar y terminó llorando porque le recordé a su nieta; o aquella ocasión en la que opinando del funcionamiento de un juzgado, comenté la pésima organización y desempeño del mismo a un abogado que se encontraba a mi lado, sin saber que era precisamente el juez.

Tampoco olvido aquella juez que después de días de verme afuera de su oficina, me preguntó que cuánto me pagaban por el asunto que litigaba y en el que ponía tanto afán, y que al responderle que nada, me pidió una disculpa y atendió mis peticiones. En fin, parece que nunca se borrará de mi memoria aquélla gratificante sonrisa de un padre que puede volver a convivir con su hijo; aquella mirada tranquila de una señora que logró terminar con una relación destructiva salvando su vida y la de sus hijos; los dibujos con mi nombre de una pequeña de seis años en agradecimiento a que su papá ya no le pegaba más; o las sinceras lágrimas en los ojos de aquellos que a través del Bufete lograron recuperar algún bien de su propiedad; expresiones todas que concretizan un ideal de justicia hecho realidad.

En fin, tengo la oportunidad de trabajar en esta institución y no puedo sentirme menos que orgullosa de formar parte de un gran equipo y de una gran labor. Y es que … he dicho bien… trabajar en el Bufete Jurídico Gratuito Social, es definitivamente una experiencia de vida.

María Astrid Téllez Aguilar

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